Albi es una ciudad de unos 50.000 habitantes en la región de Occitania, en el departamento de Tarn (81) del que es la capital. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2010. Fue conocida por la herejía albigense o cátara, dualista: bien y mal. Para terminar con ella el papa Inocencio III con la colaboración del rey de Francia Felipe II impulsó la llamada cruzada de los albigenses a inicios del siglo XIII.
Esta escapada en autocaravana implica dos visitas muy interesantes, imprescindibles según nuestro criterio: la catedral de Santa Cecilia y el museo Toulouse-Lautrec.
El parking de la catedral, muy céntrico, dispone de una zona para aparcar autocaravanas y campers. Está situado en una ladera y la zona para los vehículos recreativos está en la parte baja, (43.9274, 2.14098) a unos 150 m de la catedral. La estancia máxima permitida es de 48 horas, no hay suministro de agua ni posibilidad de vaciar aguas grises y negras.
La catedral de Albi, de Santa Cecilia fue construida con ladrillos rojos entre los años 1282 y 1380 y consagrada en 1480. La torre del campanario mide casi 80 m de altura.
Vale la pena alargar la escapada en autocaravana para visitar la ciudad de Toulouse, a 75 km.
En el interior destacan las pinturas de la bóveda, de pintores italianos de Bolonia, de principios del siglo XVI, miden cerca de 100 m de largo por 20 m de ancho. En los laterales hay capillas.
Para visitar el coro y las salas del tesoro hay que pagar 6 € y se incluye un aparato de audio guía.
Al lado de la catedral está el Palacio de la Berbie que alberga el museo Toulouse Lautrec. Este pintor, natural de Albi 1841- 1930, es conocido por sus carteles que pintó en Paris, la mayoría inspirados en los espectáculos de los cabarets que frecuentaba. Era de corta estatura a causa de una enfermedad ósea agravada por varias caídas. La entrada al museo cuesta 10 €. Se pueden ver sus cuadros y carteles, aunque la mayoría durante nuestra visita estaban restaurándose, y también hay algunas obras de otros pintores.