Hacer una escapada a Calaf en autocaravana es una idea para evadirnos un poco de la rutina diaria y salir a respirar aire puro. Por ahora habrá que vivir en Catalunya dado que debemos respetar el perímetro de cada comunidad autónoma, pero cuando la situación mejore es una propuesta a tener en cuenta por todo aquel al que le gusta viajar y conocer nuevos lugares.
Ya sea con nuestra autocaravana o camper, o bien si lo alquilamos, llegaremos a Calaf por la autovía C25 que une Girona con Lleida. Está a 90 km de Barcelona por la autopista A2 hasta Jorba y continuar por la ctra. C-1312. Es una población de la provincia de Barcelona, comarca de l’Anoia, con unos 3.500 habitantes.
Al acercarnos a Calaf destaca el campanario de la iglesia de Sant Jaume, con sus 56,6 metros de altura, cuya construcción finalizó en 1889.
Sobre una loma, dominando la población, reposan los restos un castillo del siglo XI en plena época feudal.
Durante la escapada a Calaf en autocaravana encontramos 2 áreas de estacionamiento y pernocta
A los pies de este está el antiguo hospital de San Francisco de Asís, que data del siglo XVI y está adosado a una torre cuadrada que pertenecía a la muralla.
En Calaf hay varias plazas porticadas como la Plaça Gran, al lado de la iglesia, o la nueva Plaça Barcelona 92 con su emblemática farola.
Hay dos áreas para autocaravanas, una en el caso urbano, calle Carrilet, latitud 41.735022, longitud 1.513912. A 250 m de la iglesia parroquial de Sant Jaume. Capacidad para 4 autocaravanas, suministro de agua y vaciado de aguas grises y negras, la estancia máxima son 48 horas.
El otro estacionamiento está situado en las afueras, al Este de la población, junto a la ctra. N-141b, latitud 41.733056, longitud 1.526667, en la gasolinera bonÁrea. Dispone de suministro de agua, posibilidad de vaciado de aguas grises y negras y lavado de autocaravanas. Tiene capacidad para 5 autocaravanas.
Paseando por la población se descubren lugares interesantes como la fuente de Sant Jordi matando al dragón.
Fuera del pueblo de Calaf, al Oeste de su núcleo urbano, pasado el cementerio, está la ermita de Sant Sebastià. Es finales del siglo XVII, y fue construida como agradecimiento al santo por liberar a la población de la peste bubónica. Además se divisan unas bonitas vistas panorámicas de Calaf.
Durante los años 1993, 1994, 1995 y 1996 se organizaron concursos de esculturas, abiertos a artistas de todo el mundo. Se seleccionaron 20 obras, que están repartidas por toda la población y vale la pena verlas.