La electrificación del parque automovilístico no parece una opción. Los grandes grupos y fabricantes del sector han apostado por la movilidad cero emisiones, algunos más obligados que otros. Nissan lo tuvo claro desde el principio, de ahí el lanzamiento del Nissan Leaf en 2010 y su éxito en ventas como eléctrico más vendido del mundo durante varios años. No era de extrañar que la firma nipona se atreviera a trasladar su conocimiento en propulsión eléctrica al resto de su gama, incluido los modelos comerciales y más concretamente las camperizaciones como el Nissan e-NV200 Camper.
El e-NV200 Camper es más una declaración de intenciones que un modelo vendible a día de hoy. Su autonomía compite directamente con la filosofía de los viajeros en camper ya que no permite dejarse llevar por la carretera sin rumbo, siempre deberemos pensar en su carga. Además, la unidad de pruebas era una pre-serie con batería de 24 KWh (no disponible en el mercado) pero los modelos a la venta montan la de 40 KWh.
Como sucede con el resto de la familia camperizada de Nissan, el desarrollo se realiza sobre la variante e-NV200 Evalia (tope de gama). En este caso la mayor ventaja y, a la vez, desventaja, es su compacto tamaño. La NV200 mide 4,40 metros de largo por 1,79 de ancho y 1,97 de alto por lo que nunca tuvimos problema para encontrar parking pero sí para hacer más vida en su interior.
Hace un año pudimos probar otro tipo de camperización sobre la NV200, una que no contaba con cocina, nevera, fregadero y muebles pero que por lo demás comparten plataforma, plazas delanteras y equipamiento tecnológico de la Evalia. En este caso la e-NV200 llegaba con todo lo necesario para ser un viajero independiente gracias al trabajo realizado por el preparador BRAM Tecnologies. Un ejemplo más del nivel de personalización que ofrece Nissan para sus campers, el comprador decide.
Las diferencias frente al modelo probado el verano pasado residen, principalmente, en su motorización pero también en el habitáculo. Los de BRAM se las han apañado para poder montar una distribución muy parecida a la icónica Volkswagen California pero en muchísimo menos espacio interior.
Este detalle perjudica a la hora de tener espacio para almacenamiento pero lo cierto es que con el armario lateral ya se cumplen muchas necesidades, sin tener que recurrir al escaso maletero que queda al montar la cama inferior.
El sistema de montaje de la cama inferior es más cómodo que en el modelo anterior ya que se realiza con una tira que sobre sale de los asientos. Al tener cocina perdemos ancho y largo en la cama inferior pero pueden dormir dos adultos sin problemas, siempre y cuando no se mida más de 1,80 ya que en ese caso los pies sobresalen.
La cama superior, en cambio, es idéntica y el techo elevable cuenta con un colchón de 3 cm de grosor y unas medidas de 205 por 102 centímetros. También tiene las dos puertas correderas, a pesar de que en esta camperización un lateral queda inutilizado por el mobiliario. La transformación básica supone 13.034,80 euros y se compone del techo elevable, las bases giratorias para el conductor y acompañante, la instalación eléctrica de la segunda batería y tomas además de la mesa in/out plegable.
Además de estos básicos, la unidad probada montaba: Inverter 12 V/ 220V de 500 W con dos tomas (199€), Kit de placa solar en el techo de 140W (546,58€) y la rotulación exterior, pero todavía se podría añadir el toldo Fiamma, el portabicicletas y algunos extras más que llevaba la NV200 de combustión que probamos.
Más allá de su dinamismo y la propulsión eléctrica, de la que hablaremos más adelante, esta e-NV200 es un buen ejemplo de las posibilidades de transformación que ofrece la marca nipona para sus campers. Su pequeño tamaño la hace realmente atractiva para los compradores más versátiles, aquellos que buscan un vehículo con el que recorrer los lugares más inhóspitos.
PROPULSIÓN Y DINAMISMO
Tal como avanzamos, la unidad probada montaba un motor pre-serie que no está disponible en el mercado. Por ese mismo motivo no pudimos realizar una prueba a fondo de su conducción, ya que apenas ofrecía 120 kilómetros de autonomía. Los campers a la venta, en cambio, ya cuentan con un propulsor algo más interesante pese a no ser “realista” a día de hoy. Un motor de 109 CV (80 kW) con 200 kilómetros de autonomía debido a la batería de 40 kWh de capacidad.
Debido a su poco rango de circulación este camper es más un ejercicio de diseño y desarrollo que una opción de compra. Pese a eso no está de más hablar de la circulación eléctrica. Dejando de lado la ansiedad eléctrica que genera ver como la autonomía se va reduciendo drásticamente, su conducción silenciosa transmite una calma muy acorde con el estilo de vida viajero.
Cuando la tecnología de las baterías y la carga esté realmente optimizada será una alternativa muy atractiva y sostenible, hasta entonces optaríamos antes por la propulsión de combustión probada el año pasado. En cuanto a su dinamismo, el peso de las baterías afecta bastante al paso por curva pero la circulación urbana se ve beneficiada por su tamaño compacto y buen radio de giro.